Todos aquellos que en alguna ocasión se han enfrentado al reto de diseñar una página web están familiarizados con el concepto de usabilidad web. La usabilidad es la facilidad con la que el usuario medio puede navegar por una página web hasta conseguir lo que busca. Es decir, la cuantificación de cuántos pasos debe dar hasta llegar a su objetivo, y de si el camino que va de un paso a otro es intuitivo o no. Hay que entender que la importancia de la usabilidad en el diseño web es muy grande, máxime hoy en día cuando las diferentes plataformas (ordenadores de sobremesa, portátiles, teléfonos móviles y tablets) imponen soluciones diferentes para conseguir diseños similares y exigen a los diseñadores respuestas muy claras para conseguir páginas intuitivas y agradables.
Las principales características de la usabilidad se suelen dividir en cinco grandes temas y una multitud de subtemas. Los temas de más peso son la facilidad de aprendizaje en la web, la facilidad en el uso, la facilidad para recordar cómo funciona la web, la frecuencia de los errores y la gravedad de los mismos y, por último, la satisfacción subjetiva.
Si nuestro objetivo es aumentar la usabilidad de nuestra página web podemos seguir una serie de consejos y estándares que se han ido mostrando como válidos a lo largo de los años en el diseño web. Factores como establecer con claridad los colores intuitivos (botones verdes para algo que se debe hacer, rojos para herramientas que solo deben usarse de forma extraordinaria), abundancia de botones de llamada a la acción (call to action) o establecer un número total de clics necesarios para desarrollar cualquier tarea en la página pueden ser buenos comienzos para mejorar la usabilidad de nuestra web.
Además hay que tener en cuenta dos elementos muy importantes hoy en día. El primero de ellos es el tiempo de carga. De nada sirve invertir en una web espectacular y atractiva si los tiempos de carga son eternos, ya que nadie estará allí para disfrutar del diseño cuando haya acabado de cargar. La sencillez debe de primar, en este caso, sobre la espectacularidad. La segunda es el scroll. Hoy en día los estándares de navegación se han modificado y sofisticado, pero aun así sigue siendo necesario que la mayoría de la información (y desde luego la parte más importante de la misma) se encuentre en la primera pantalla y podamos acceder a ella sin necesidad de movernos hacia abajo.
Evidentemente conseguir todo lo anterior no es sencillo si no tenemos amplios conocimientos de factores como el diseño, el SEO, por lo que quizás lo más seguro y práctico a la larga sea confiarlo a una agencia de diseño web que consiga soluciones atractivas y profesionales. De esta forma nuestro negocio lo notará favorablemente.
Imagen: Tony Blay
